La bulliciosa Belfast, que en su día fue un poderoso centro de construcción naval, es la capital de Irlanda del Norte y el lugar donde nació el tristemente célebre transatlántico RMS Titanic. Si se menciona Belfast, a cierta generación le pueden venir a la mente imágenes de conflicto. Sin embargo, sería un error sacar esas conclusiones hoy en día.
En las últimas décadas, el proceso de paz y el gobierno de reparto del poder han hecho que Belfast, junto con el resto de Irlanda del Norte, haya renacido y experimentado una notable transformación. El número de visitantes sigue aumentando año tras año, y con razón. Espere una cálida bienvenida, un sentido del humor perverso y una historia apasionante.
Entre los aspectos más destacados de la visita se encuentra el impresionante Barrio del Titanic, junto con otros puntos de interés relacionados con el malogrado buque. Se puede disfrutar de excelentes experiencias de compra en las plazas Victoria y Donegal, junto con una gran variedad de restaurantes y oportunidades para comer. Otras cosas que hay que ver son el descubrimiento de la magnífica arquitectura victoriana de la ciudad -no deje de ver el famoso Reloj Albert Memorial en Queen’s Square- y la visita a sus numerosos y notables museos.
Para aprovechar al máximo su tiempo no deje de consultar esta lista de Free Tour por Belfast sobre las principales atracciones turísticas y cosas que hacer en Belfast:
1. Sumérjase en la historia marítima en el Titanic Belfast
Anunciado como «la mayor atracción de visitantes del mundo sobre el Titanic», el Titanic Belfast, de aspecto distintivo, abrió sus puertas en 2012 y es un edificio emblemático que rinde homenaje a la historia de la rica historia marítima de la ciudad. Este distintivo edificio alberga nueve exposiciones interactivas que muestran cómo Belfast ha pasado de ser una ciudad que en su día contó con la industria de construcción naval más poderosa del mundo a un renacido destino de visitantes.
Hace más de un siglo, el infame y malogrado transatlántico Titanic se construyó en este preciso lugar. Hay visitas guiadas por el varadero y el gigantesco dique seco, que fue el corazón de los astilleros Harland & Wolff. El edificio, que tiene forma de estrella para representar el logotipo de la White Star Line, alberga una serie de fascinantes objetos relacionados con el barco, como cartas, folletos y menús.
2. Asistir a un concierto en el Waterfront Hall
A poco más de un kilómetro y medio del Titanic Quarter y con vistas al río Lagan, en el centro de Belfast, el Waterfront Hall es un centro de entretenimiento y conferencias de categoría mundial que, sin duda, refleja la regeneración de la ciudad. Desde su apertura en 1997, el centro ha recibido más de cinco millones de visitantes y ahora atrae a los mejores músicos e intérpretes de todo el mundo, además de albergar diversas exposiciones.
Cuando se ilumina por la noche, el edificio resulta especialmente impresionante. De hecho, muchos lo visitan no sólo por los conciertos de categoría mundial que se celebran aquí -que van desde el pop hasta la sinfonía-, sino también para cenar en el restaurante de la atracción, The Arc Brasserie. De alguna manera, una comida aquí es aún más mágica por las magníficas vistas panorámicas sobre el río y más allá.
3. Explorar la historia de Irlanda del Norte en el Museo del Ulster
A cinco minutos en coche desde el Waterfront Hall llegará al Museo del Ulster. Tras haber sido objeto de una importante remodelación en los últimos años, es ahora una de las atracciones imprescindibles de Belfast. Este impresionante museo nacional debería figurar en la lista de cualquier visitante por una serie de razones, entre las que destaca el hecho de que no rehúye el problemático pasado reciente de la ciudad.
Entre las exposiciones se encuentran una momia egipcia de 2.500 años de antigüedad (la princesa Takabuti, desenvuelta en Belfast en 1835), la Sala de la Armada y una galería de obras maestras del arte moderno. Otros aspectos destacados son las colecciones de reliquias antiguas y una rica y diversa colección de arte, historia y exposiciones de ciencias naturales repartidas en varias plantas.
4. Visita gratuita al Ayuntamiento de Belfast
El Ayuntamiento de Belfast es otro edificio gubernamental que debería incluirse en su itinerario de viaje por Irlanda del Norte. Situado en el centro de la ciudad, esta bella estructura se construyó en 1906 y sigue siendo uno de los lugares más emblemáticos del centro de Belfast.
Los turistas pueden explorar el edificio en el marco de una visita guiada, tan popular que se ha convertido en una de las principales actividades gratuitas de Belfast. Sin embargo, tenga en cuenta que las visitas se realizan por orden de llegada, así que deje tiempo suficiente en su agenda.
5. El Jardín Botánico
Los Jardines Botánicos, creados en 1828, son propiedad del Ayuntamiento de Belfast desde 1895, cuando se convirtieron en un parque público con una superficie de 28 acres. La elegante Casa de las Palmeras fue diseñada por Sir Charles Lanyon y contiene una gran variedad de plantas tropicales, como aves del paraíso y exuberantes cestas colgantes.
Compuesta por hierro curvado y vidrio, la estructura es uno de los primeros ejemplos de un invernadero hecho de esta manera, y demuestra cómo los avances tecnológicos de la época permitían a los horticultores cultivar plantas exóticas.
El barranco tropical se construyó en 1889 y alberga delicias exóticas como bromelias, plátanos, orquídeas y canela, y protege algunas de las plantas de semilla más antiguas del mundo. Los jardines son también un lugar popular para conciertos y festivales, y una vez acogieron un concierto de la famosa banda irlandesa U2. Justo al norte de los jardines se encuentra la Universidad de Queen, con sus bellos edificios de estilo Tudor.